La cifra de personas que sufren hambre se estabilizó en 2022 tras siete años al alza consecutiva y si bien este “leve avance” sería alentador la realidad es que será imposible erradicarla hasta 2030.

Así lo advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un reporte en el que detalló que América Latina es la región donde más cuesta comer saludable, consignó el informativo DW Español.

Unas 735 millones de personas padecieron hambre en 2022, un 9.2 por ciento de la población mundial, alerta el informe, entre cuyos autores figuran la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).

PENDIENTE EN AMÉRICA LATINA

La cifra, que venía aumentando desde 2015, se estabilizó y registró incluso un leve retroceso, con 3.8 millones de personas menos respecto a 2021.

América Latina registró avances en la lucha contra el hambre, con excepción de la región del Caribe, donde la situación empeoró.

La subalimentación crónica aumentó igualmente en Asia occidental y África, señala el reporte, que lleva también el sello del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

GUERRA Y PANDEMIA SUMARON MÁS

El informe anual sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo precisa que en África una de cada cinco personas padece subalimentación crónica.

El documento es una “instantánea de un mundo que aún se está recuperando de una pandemia mundial y que ahora se debate con las consecuencias de la guerra en Ucrania, que ha agitado aún más los mercados de los alimentos y la energía”, indica.

Desde 2019, estas dos crisis añadieron a 122 millones de personas al mapa del hambre.

Aunque la recuperación económica posterior a la pandemia mejoró la situación, “no cabe duda de que este modesto progreso se ha visto socavado por la subida de los precios de los alimentos y la energía, magnificada por la guerra en Ucrania”.

DEUDA ENORME

El informe advierte que, si no se orientan mejor los esfuerzos, el objetivo de “poner fin al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas en 2030 seguirá estando fuera de nuestro alcance”.

En América Latina y el Caribe, la prevalencia de la subalimentación -indicador que mide el hambre- cayó de 7 por ciento en 2021 a 6.5 por ciento en 2022, lo que supuso una disminución de 2.4 millones en el número de personas que pasan hambre.

Sin embargo, esta reducción se explica por la evolución en América del Sur (de 7 a 6.1 por ciento), ya que el Caribe registró un aumento notable de 14.7 por ciento en 2021 a 16.3 por ciento en 2022.

Álvaro Lario, el presidente del FIDA, apuntó a la falta de inversiones y de “voluntad política para llevar a la práctica soluciones a gran escala”.

DETERIORO PERMANENTE

La posibilidad para las poblaciones de acceder a una alimentación saludable se deterioró en todo el mundo, debido al impacto prolongado de la pandemia y al auge de los precios de los alimentos, subrayó la ONU.

Más de 3 mil 100 millones de personas no pudieron permitirse una dieta equilibrada en 2022, provocando desnutrición, carencias u obesidad.

América Latina es la región donde más cuesta comer saludablemente (4.08 dólares diarios por persona) en comparación con Asia (3.90 dólares), África (3.57 dólares), América del Norte y Europa (3.22 dólares).

(Foto: Tomada de DW Español)

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