El caso de los migrantes que partieron desde San Felipe, Guanajuato, y que fueron secuestrados y extorsionados en Matehuala, San Luis Potosí, puso al descubierto el control del crimen organizado en zonas de este último estado.

De acuerdo con el diario Reforma, la denuncia de un empresario transportista hizo que las autoridades potosinas admitieran la existencia de una zona controlada por el crimen, donde se plagia y extorsiona masivamente a migrantes y pobladores.

Lo que era una búsqueda de 23 personas que viajaban en transportes turísticos arrendados en Guanajuato, abrió la cloaca y en menos de 48 horas aparecieron 121 víctimas del crimen en Matehuala.

SOSPECHAS CONTRA GOBERNADOR

Actualmente, San Luis Potosí está gobernada por Ricardo Gallardo, del Partido Verde, y quien hace varios años fue detenido por posesión de armas, cuando había sido alcalde de Soledad de Gracia.

Además de los 23 desaparecidos en las camionetas turísticas, el jueves fueron encontradas 12 personas más, todas migrantes presuntamente centroamericanas.

En una zona cercana, también fueron localizados 46 migrantes plagiados que viajaban en un autobús interceptado por un grupo delincuencial en el tramo de Villa Hidalgo a Matehuala.

Viajaban de la CDMX a Nuevo León. El viernes también fue hallado un tercer grupo de 11 migrantes que se encontraba retenido en un hotel de Matehuala, municipio que gobierna el panista Iván Estrada.

SEIS CASOS DISTINTOS

La Fiscalía de San Luis Potosí desglosó seis diferentes hallazgos con 96 migrantes extranjeros y 9 mexicanos, entre ellos 3 choferes, uno de ellos muerto.

Junto con ello, el miércoles pasado 16 pasajeros de una camioneta que provenía del Estado de México fueron asaltados en la misma zona, y a partir de la denuncia del empresario guanajuatense los encontró la Policía potosina.

La Fiscalía potosina informó que el total de personas rescatadas sumó 121.

El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, explicó que el testimonio de los migrantes que salieron de San Felipe y que fueron hallados en una zona semidesértica cercana a Doctor Arroyo, Nuevo León, permitió ubicar al resto de las víctimas.

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