Se ha puesto de moda, principalmente por los influencers, una tendencia de miles de año: ducharse en agua fría o bañarse en hielo como una forma de mejorar su salud.

Aunque pueda parecer extraño, ya que tradicionalmente asociamos las duchas frías con la sensación de aliviar el calor, esta práctica puede ofrecernos beneficios tanto a nivel mental como físico.

Sin embargo, es importante tener precaución, ya que hay ciertas condiciones en las que una ducha fría o baño con hielo puede resultar más perjudicial que beneficiosa, señala informe citado por el diario Debate.

Es por ello que es fundamental conocer estas excepciones antes de unirse a la tendencia de la ducha fría.

Una vez que se tenga en claro, se puede comenzar de forma gradual para aprovechar todos los beneficios sin caer en riesgos.

PASOS A SEGUIR

En primer lugar, es importante saber que el agua se considera lo suficientemente fría si está por debajo de los 15.5°C, aunque algunos estudios han encontrado beneficios a partir de los 20°C.

No es necesario utilizar un termómetro para medir la temperatura exacta, pero se puede calcular aproximadamente cuándo se ha alcanzado ese punto.

BENEFICIOS Y PRECAUCIONES

Muchos influencers que defienden la ducha fría afirman sentirse mentalmente mejor desde que adoptaron esta práctica. Pero, ¿hay algo de verdad en esto?

La respuesta es sí, aunque se debe tomar con cautela. Se sabe que la exposición al frío activa el sistema nervioso simpático, encargado de regular diversas funciones involuntarias relacionadas con los sistemas circulatorio, respiratorio y digestivo.

Además, el frío estimula la liberación de betaendorfinas y noradrenalina en la sangre y en el cerebro.

También se ha observado que el sistema nervioso autónomo, del cual una de sus divisiones es el sistema simpático, está relacionado con la depresión.

ALIVIO INMUNOLÓGICO

En 2016, se realizó un estudio en los Países Bajos en el que los participantes fueron asignados a un grupo control (duchas normales) o a un grupo experimental que debía ducharse con agua fría durante 30, 60 o 90 segundos diarios, durante 90 días en total.

Luego, se analizaron las ausencias laborales por enfermedad y se encontró que en el grupo experimental las ausencias se redujeron en 29 por ciento.

Se cree que esto se debe a que la ducha fría puede fortalecer el sistema inmunológico, aunque también pueden influir otros factores, como la reducción de la ansiedad, como se demostró en el estudio de 2008.

MEJOR CIRCULACIÓN

Quizás esta sea la aplicación más conocida de la ducha fría. Cuando nos exponemos al frío, se produce un aumento de la circulación sanguínea, especialmente en la periferia del cuerpo, para intentar calentarlo.

Esto favorece el flujo de sangre oxigenada hacia los tejidos, lo cual acelera su recuperación en caso de lesiones. Por esta razón, es útil tanto para las lesiones como después de hacer ejercicio.

MAYOR HIDRATACIÓN

La ducha fría no solo nos ayuda a sentirnos mejor internamente, sino también externamente. El agua fría contribuye a retener los aceites naturales de la piel y el cabello.

Por esta razón, cuando el cabello está muy seco o quebradizo, se recomienda hacer un último enjuague con agua fría. Lo mismo ocurre con la piel.

PRECAUCIONES

Aunque en el hemisferio norte estemos experimentando altas temperaturas, no se debe tomar una ducha fría de manera brusca.

En todos los estudios mencionados, generalmente se realiza una adaptación gradual enfriando el cuerpo antes de tomar la ducha fría completa.

Esta precaución es especialmente importante cuando hace mucho calor para evitar lo que comúnmente se conoce como “corte de digestión”.

En realidad, lo que se llama de esta manera es un fenómeno conocido como hidrocución, que ocurre cuando la rápida contracción de los vasos sanguíneos debido al cambio de temperatura impide que la sangre llegue adecuadamente al cerebro.

Además, hay personas que no deben tomar duchas frías. Este es el caso de los pacientes con enfermedades cardíacas, ya que el aumento de la circulación puede sobrecargar al corazón y resultar peligroso.

Las personas con síndrome de Raynaud, que experimentan entumecimiento en las manos y los pies después de exponerse al frío, tampoco deben tomar duchas frías.

(Fotos: Tomadas del diario Debate y Salud y fuerza)

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