Las zonas costeras de islas europeas como Sylt, Borkum y Norderney, a las que acuden millones de turistas, tendrán que ser reconstruidas antes de las vacaciones de verano.

Para ello se trasladarán cargas de arena para reconstruir las costas afectadas. El gobierno de Baja Sajonia ha anunciado que aportará hasta 700 mil euros para reforzar la principal fuente de ingresos de la región.

DAÑOS INMINENTES

La arena para reponer las playas del mar del Norte no suele venir de muy lejos. En años anteriores, se ha conseguido en otras costas o en islas vecinas.

La isla de Sylt, por ejemplo, lleva 40 años rellenando sus playas con arena del fondo marino.

Este método es mejor que utilizar arena traída del otro rincón del mundo, pero también tiene consecuencias para los ecosistemas costeros y fluviales.

DESTRUCCIÓN A LA VISTA

La extracción de toda esa arena puede destruir la vida submarina y alterar los lugares de anidamiento de aves y otros animales.

Al retirar arena del fondo oceánico, la arena de la costa suele alejarse de la orilla para rellenar el hueco dejado antes.

Es posible obtener la arena de otros lugares para evitar el impacto ambiental del dragado en alta mar.

Ciudades como Manila (Filipinas) y Miami (Estados Unidos) utilizan arena procedente de minas, canteras o ríos y lagos.

Sin embargo, los expertos han advertido que es vital utilizar arena que se acerque a la composición de la playa en cuestión para evitar posibles elementos contaminantes y proteger la flora y la fauna que se han adaptado a un tipo de arena específico.

RECURSO VITAL

Según el programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, la arena es, después del agua, el segundo recurso más utilizado de la Tierra.

Esta no solo se necesita para reconstruir playas, también es vital en la construcción, y se utiliza para fabricar vidrio y hormigón o para edificar nuevas construcciones en grandes metrópolis donde el espacio es escaso.

La sílice (un tipo de arena) se utiliza para fabricar silicio, un ingrediente clave en circuitos y microchips.

Según Statista, Alemania importa grandes cantidades de arena cada año. En 2022, el país importó alrededor de 1.55 millones de toneladas métricas de arena, y está entre los 10 principales importadores de arena del mundo.

NO SIRVE ARENA DEL DESIERTO

Aunque el planeta cuenta con enormes desiertos arenosos como el Sahara, gran parte de la arena es inútil para fines industriales.

Ya que la arena del desierto no se adhiere lo suficiente como para fabricar hormigón resistente y otros productos.

Dado a la rápida urbanización y digitalización, la demanda mundial de arena está aumentando.

Según cifras de la ONU, la extracción de arena se ha multiplicado por más de tres en las dos últimas décadas.

Estados Unidos es el mayor exportador, con casi 6 mil 300 millones de toneladas vendidas en 2022. Esto representa alrededor del 31.5 por ciento de las exportaciones mundiales.

DRAGADO ILEGAL

El aumento de la demanda ha provocado un incremento del dragado ilegal en lugares como India, Vietnam y China, donde las leyes medioambientales y laborales no siempre son tan estrictas.

Pero incluso en las minas autorizadas de los principales países exportadores, como Estados Unidos, Malasia, Europa y Canadá, excavar toda esa arena puede dañar la biodiversidad y alterar las corrientes marinas y las capas freáticas.

También puede aumentar la erosión, destruyendo las tierras costeras.

LAS ALTERNATIVAS

El vidrio puede reciclarse, molerse en partículas diminutas y utilizarse en la construcción y para rellenar las playas.

Las cenizas volantes (diminutos trozos de ceniza, polvo y hollín que se generan al quemar combustible) también pueden utilizarse como aglutinante primario del hormigón, eliminando por completo la necesidad de arena.

La ONU ha recomendado que, cuando la arena sea esencial, “se extraiga y transporte de manera social y ambientalmente racional”, y que los ecosistemas degradados se recuperen con “soluciones basadas en la naturaleza”.

(Foto: Tomadas de DW Español)

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