Es uno de los lugares que refuerza el orgullo de Irapuato, Guanajuato, desde hace más de 156 años.

Se trata de la Fuente de los Delfines, también conocida como la Fuente Florentina. Este es uno de los monumentos más antiguos de Irapuato.

Su historia, según narran los historiadores, es extraordinaria, aunque la mayoría de las nuevas generaciones de irapuatenses la desconoce.

LA DONÓ MAXIMILIANO

De acuerdo con los registros del municipio, fue una de las tres fuentes que el Emperador Maximiliano de Habsburgo donó a México, y fue traída desde Florencia, Italia, ciudad a la que se le atribuye su nombre.

Su estructura está hecha de bronce fundido, detallando una concha en el centro y con figuras de delfines que, por las noches luce unas las tonalidades de colores espectaculares.

La fuente Florentina adorna la ciudad desde hace más de 156 años y se puede ubicar en la Plaza Miguel Hidalgo, a un costado de la Catedral, en el primer cuadro de la ciudad.

En esta Plaza Hidalgo se encontraba anteriormente el Mercado Aquiles Serdán, sitio que fue demolido a principios de este siglo.

Compartir