El IMSS y el Issste simplemente ya no pueden y la gente en la mayoría de las veces les da la vuelta.Un amplio reportaje del diario El Universal mostró que en México más de 10.6 millones de personas acuden a los consultorios adjuntos de las farmacias a fin de evitar la espera en el IMSS o en el Isssste.De acuerdo con la investigación, los pacientes acuden por comodidad y prefieren pagar consultas de entre 20 y 50 pesos e incluso se atendidos de manera gratuita.No obstante, dice la información, los expertos advierten que la detección de padecimientos sólo es “de paso”, porque resuelven de inmediato los malestares, el problema está cuando los enfermos rebotan en el servicio público con enfermedades crónicas, degenerativas o de alta complejidad y costo.De hecho, añade la información, existen casos en los que los doctores están obligados a inducir la compra de determinadas marcas, fármacos o suplementos.Los casi 325 mil mexicanos que asisten a estos espacios en un día, los prefieren porque evitan largas horas de espera, obtienen prescripciones de antibióticos y no cuentan con el dinero para pagar una consulta privada.Desde noviembre pasado, estas clínicas están obligadas a medir la glucosa de cada paciente con la finalidad de detectar diabetes de manera temprana. Respecto a esta campaña, expertos consideran que no es una solución de raíz.Hace 10 años había 2 mil 956 consultorios de este tipo, a la fecha hay 16 mil en toda la República, la proliferación fue mayor a partir del 25 de agosto de 2010, cuando entró en vigor el acuerdo que reguló la venta y dispensación de antibióticos, que sólo se podrían dar con receta en mano. Desde entonces el número de consultorios creció 266%.Martín Espinosa Pascual Feria, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex), comentó que estos servicios han servido para quitar presión a los institutos públicos, “pero sólo son para malestares menores, una gripe, una solución rápida y efectiva”.Afirmó que las autoridades sanitarias no deben bajar la guardia y sancionar a los consultorios que no cumplan con la realización de un expediente público, que no tengan baño y sala de espera y que no sigan los protocolos establecidos, por ejemplo, el registro ante Cofepris.(Foto y gráfica: tomadas de El Universal)Compartir