México pasó por séptima ocasión consecutiva a los octavos de final en un Mundial, tras una dolorosa derrota ante Suecia que se combinó con la sorprendente victoria de Corea del Sur que dejó fuera por primera vez en su historia al campeón vigente, Alemania.

En la Arena Ekaterimburgo, el equipo de Corea del Sur fue el equipo más aclamado, pues cuando todo parecía que México quedaba fuera con un contundente 3-0 de Suecia ocurrió el milagro sudcoreano.

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La Selección Mexicana tuvo su más penosa actuación en el torneo, ante la muralla sueca, que obligó a todos los mexicanos a estar al pendiente de lo que ocurría de los surcoreanos, que vencieron 2-0 a Alemania.

“¡Corea!, ¡Corea!”, resonó en la Arena Ekaterimburgo, apoyando a los asiáticos que estaban por lograr la hazaña de eliminar al campeón Alemania y mandar al Tricolor a los Octavos de Final, señaló la crónica de diarios nacionales.

A México le bastaba con el empate, pero un segundo tiempo de pesadilla lo tuvo al borde de la eliminación.

Ya en el primer tiempo Guillermo Ochoa había sido el hombre más destacado, señal de que el partido no iba por buen rumbo y más allá de algunos destellos del Tri, como el disparo de Carlos Vela que pasó cerca del poste derecho.

Incluso el VAR hizo su aparición al 28′, sólo para ratificar que no era penal la jugada en la que Javier Hernández parecía jalar el balón con la mano.

En el complemento, parecía que otra vez la tragedia pasaba lista.

El infortunio se hizo presente en Ekaterimburgo, ya que el primer gol de los suecos estuvo precedido de una pelota que abanicó Viktor Claesson y el tercero fue un autogol de Edson Álvarez.

Pero la afición jamás abandonó al equipo, ni con tres goles en contra.

Al 50′, Ludwig Ausgustinsson adelantó a los suecos luego de que su compañero Claesson abanicó la pelota, en una jugada en la que la defensa quedó mal parada.

Héctor Herrera había estado impecable, siendo el amo de la media mexicana, hasta que perdió un balón que terminó en el penal de Héctor Moreno, quien por doble amarilla se pierde el duelo de Octavos. El capitán sueco, Andreas Granqvist, guardó la pelota al ángulo superior derecho, imposible para Memo Ochoa.

Al 74′, luego de un saque de banda, el defensa Edson Álvarez hizo un mal contacto con la pelota y su autogol fue ya una auténtica losa para el Tri.

Los suecos supieron contener a Hirving Lozano, con mucho rigor en la marca.

El Tricolor mandó a la cancha a Marco Fabián, a Jesús Manuel Corona, a Oribe Peralta, en el intento desesperado de reaccionar, de morir con la cara en alto, ante un equipo muy fuerte a nivel defensivo y que nulificó al “Chucky” y compañía.

La gente de plano abandonó el partido. Quizá los jugadores fueron los primeros desconcertados cuando en las gradas llovieron vasos de cerveza y estalló el júbilo, opacado por la revisión del VAR, pero que sonó con más fuerza cuando se dio el gol surcoreano por válido con el cual el Tricolor se encaminó a Octavos, sin marca de puntos, sin una buena tarde, sin el futbol que se habría esperado, pero con esa suerte que suele ser más una enemiga que una aliada.

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