Hay señales alarmantes para la generación de electricidad en el país.

La sequía a la que se enfrenta el país por las ondas de calor y los efectos del cambio climático están poniendo en riesgo la operación continua de las principales centrales hidroeléctricas.

De acuerdo con el diario Reforma, las cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no mienten: varias presas que se utilizan para generar electricidad están por debajo de los límites de llenado.

  • Por ejemplo, la presa de la Angostura, ubicada en Chiapas, hasta el 28 de mayo, está al 33 por ciento de su capacidad de agua.
  • La presa Temascal, localizada en Oaxaca, está llena al 39 por ciento; seguida por Malpaso, que se encuentra en Chiapas, con 43 por ciento.
  • Infiernillo, establecida en Michoacán, apenas llega al 53 por ciento de llenado.

GRAVE DÉFICIT

Información del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), citada por Reforma, muestra que hasta el 6 de mayo (último dato disponible) la generación hidroeléctrica acumulada en lo que va del año es de 3 mil 801 gigawatts-hora.

En el mismo periodo, pero del año 2022, la generación acumulada ya estaba en 4 mil 666 gigawatts-hora.

La Yesca, localizada en Jalisco, tiene un porcentaje de llenado del 56 por ciento y El Cajón, que se encuentra en Nayarit, del 68 por ciento, según la información hasta el 28 de mayo.

Consultado por Reforma, Hugo Rojas, experto en economía del agua, explicó que el país viene de un panorama con sequías importantes en los últimos tres años, que se une a la temporada de estiaje, lo que complica la disponibilidad del agua, tanto para consumo como para generación eléctrica.

LAS HIDROELÉCTRICAS SON CLAVE

“Cuando hablamos de agua hablamos de energía y viceversa; en el caso de México las hidroeléctricas tienen 5 por ciento del total de las concesiones de las aguas nacionales”, añadió el experto.

“Ese 5 por ciento para la oferta de generación eléctrica nacional representa alrededor del 14.6 por ciento, entonces tiene una importancia mucho mayor en la generación de energía”, añadió.

Puntualizó que esto se vuelve “un círculo vicioso cuando la falta de lluvias y el estado de sequía disminuye la cantidad de energía eléctrica de las hidros, pero esa falta de generación se encuentra con una mayor demanda de energía por el mismo aumento en las temperaturas”.

El experto citado por Reforma explicó que la afectación es doble por la baja disponibilidad de agua. “Si las presas no tienen el caudal suficiente, la generación de energía eléctrica baja al tenerse que distribuir para su uso en las ciudades que también demandan más líquido”.

“La generación de las hidroeléctricas requiere ciertos volúmenes, ciertos caudales para que funcionen las turbinas y para que funcione la infraestructura”, finalizó.

(Fotos: Tomadas de Reforma)

Compartir