Por un periodista transa pagamos todos

No siempre es fácil asimilar informaciones que exhiben a mexicanos cometiendo ilícitos en el Estados Unidos de Donald Trump.

Peor aún fue enterarme que uno de esos mexicanos resultó ser el director editorial de un periódico -La Prensa de la capital del país- quien no solo tuvo el cinismo de robar el jersey de Tom Brady del pasado Súper Tazón, sino las vestimentas de otro jugador en el 2016.

Este director editorial, Mauricio Ortega, supuestamente fue a cubrir el evento deportivo más importante de Estados Unidos solicitando una acreditación a la NFL.

Y digo supuestamente porque, como eterno aficionado que soy al futbol americano desde hace casi 50 años, jamás he leído que sea un experto en el deporte de las tackleadas, ya sea de México o de Estados Unidos.

Por eso me avergüenzo doblemente de esta persona porque ni sabe del futbol americano ni lo que es ejercer el periodismo con ética.

La primera pregunta que se me vino a la mente y que escribí en mi cuenta personal de Twitter fue, si este “periodista” robó descaradamente en un vestidor colmado de seguridad y de periodistas, ¿qué no habrá robado como director editorial?

No se trata de darme golpes de pecho, pero sí debo enfatizar que personajes como Mauricio Ortega que están –o han estado- al frente de medios de comunicación hunden más su credibilidad.

Para ellos los lectores nunca fueron importantes; tampoco saben diferenciar los intereses personales de la comercialización de su medio.

Ayer fue Ortega, hace dos años Joaquín López Dóriga y su esposa amenazando a la mujer más poderosa –económicamente hablando- de México, María Asunción Aramburuzabala, por citar otro caso.

Sí, me avergüenzan esos colegas y esos mexicanos que delinquen en Estados Unidos: por unos cuantos pagamos los demás.

Pero hay periodistas que se rigen bajo principios éticos y entendemos muy bien lo que significa el poder ciudadano expresado en las redes sociales… y cada día somos más.