La discusión para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales está empantanada y, de ser aprobada la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) la medida tardará mucho tiempo antes de ser aplicada.

Mientras, se mantenía la incertidumbre para miles de trabajadores mexicanos, pues los argumentos en contra de esta reforma destacan que la reducción llevaría a la quiebra a numerosas empresas en todo el país.

Según los diputados de Morena, que tienen mayoría en la Cámara, la meta es votar la reducción antes de que finalice el actual periodo de sesiones, que concluirá el 15 de diciembre.

No obstante, de acuerdo con expertos citados por El Universal, en dado caso de que la reforma fuera aceptada, su aplicación no sería inmediata, sino gradual, y podría entrar en vigor en su totalidad hasta el 2025.

GRADUALIDAD NECESARIA

Esto se debe a que tendría que haber una gradualidad o cierto plazo para que las instituciones se acoplen a la ley, pues una implementación subrepticia podría resultar perjudicial para las micro, pequeñas y medianas empresas.

Lo que se busca con las modificaciones es un procedimiento paulatino donde todos se integren con las menos repercusiones posibles tanto para empresarios, como para trabajadores.

No sólo se trata de aprobar la reforma como tal, sino de readaptar las leyes secundarias que la componen y cómo afectarían en casos específicos al sector empresarial.

Una probabilidad es que se apruebe antes del 15 de diciembre, pero el dictamen podría posponerse hasta el siguiente periodo, que comprende del 1 de febrero al 30 de abril del 2024, donde ya estaría corriendo la contienda electoral.

LAS MODIFICACIONES

Lo que la reforma busca es modificar el artículo 123 de la Constitución Política:

  • Se busca legalizar dos días de descanso obligatorios
  • Una jornada laboral máxima de 40 horas
  • México es uno de los países que más trabajan en el mundo, con todas las afectaciones que esto conlleva para los trabajadores.
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