Un equipo científico ha conseguido trasplantar riñones de cerdo modificados genéticamente a un paciente de 52 años en muerte cerebral y, por primera vez, ha logrado que los órganos fueran funcionales: pudieron fabricar orina y depurar creatinina.

Detrás de esta investigación –aún en fase de experimentación– está un equipo liderado por Jayme Locke, de la Facultad de Medicina Heersink en la Universidad de Alabama, Birmingham, consignó el informativo DW Español.

Los resultados amplían otro estudio pionero en humanos realizado por los mismos investigadores y que fue dado a conocer en enero de 2022.

CRISIS DE ÓRGANOS RENALES

El trabajo se publica en la revista JAMA Surgery y, según sus responsables, supone un avance en la ciencia y en los xenotrasplantes como terapia para tratar potencialmente la insuficiencia renal terminal, abordando “la grave crisis mundial de escasez de órganos renales”.

“Ha sido extraordinario ver la primera demostración preclínica de que unos riñones de cerdo modificados adecuadamente pueden proporcionar una función renal normal y vital a un ser humano de forma segura y con un régimen de inmunosupresión estándar”, dice Locke.

Los riñones –agrega– funcionaron notablemente a lo largo de este estudio de siete días.

EL “MODELO PARSONS”

El trasplante que se llevó a cabo utilizando el “modelo Parsons”, un modelo preclínico de muerte cerebral humana desarrollado por la Universidad de Alabama para evaluar la seguridad y viabilidad de los xenoinjertos o trasplantes renales de cerdo a humano.

Lleva el nombre del donante Jim Parsons, cuya familia donó su cuerpo para avanzar en la investigación sobre xenotrasplantes de riñón, dice la universidad.

La donación de Parsons dio lugar al primer xenoinjerto de riñón porcino en fase clínica en un ser humano y ayudó a allanar el camino para futuros trasplantes a seres humanos vivos.

VOLUNTARIO PARA INVESTIGACIÓN

La investigación actual también se llevó a cabo en una persona que indicó a su familia que quería que su cuerpo fuera donado para la investigación tras su muerte.

Se trata de un sujeto de 52 años de edad, cuyo nombre no se ha revelado a petición de la familia. Padecía hipertensión y enfermedad renal crónica.

Al paciente se le extirparon los dos riñones y se le suspendió la diálisis, tras lo que se le practicó un xenotrasplante compatible.

Los órganos del animal –generados por la empresa Revivicor– albergaban diez modificaciones genéticas, cuatro genes porcinos inactivos y seis genes humanos añadidos.

EXPERIMENTO DE 74 HORAS

En la investigación de ahora, la persona fallecida estaba estable cuando se presentó para el estudio, lo que permitió al equipo de Locke seguir la investigación durante siete días (el experimento publicado el pasado año duró 74 horas).

Como el sujeto estaba estable y los riñones se encontraban en un entorno favorable, no se produjo ningún retraso en la función renal, algo que no ocurrió previamente.

En total, se trata este del tercer estudio del programa con el modelo Parsons y el segundo en ser revisado por otros investigadores y publicado en una revista científica (el equipo de Locke está en proceso de publicar los resultados de otro trabajo).

(Foto: Tomadas de DW Español)

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