La policía francesa estaba de cabeza porque no hallaba explicación alguna.

Una serie de robos reportados por pasajeros que tomaban el autobús que une París con el aeropuerto de Beauvais, en el norte de Francia, no podían ser aclarados.

Fue uno de los choferes de esta línea quien ayudó a resolver el caso, después de que constara movimientos extraños dentro de una gran maleta marrón que un pasajero colocaba en la bodega del autobús.

Discretamente, el chofer, al tanto del aumento del número de robos en esta línea, llamó a los servicios de seguridad del aeropuerto de Beauvais, quienes a su vez contactaron con la policía.

Al llegar la terminal aeroportuaria, la policía detuvo a un rumano –presuntamente gitano- que recuperó la maleta en cuestión y una pequeña mochila negra.

Los agentes encontraron a un cómplice oculto dentro de la maleta quien mediante un ingenioso sistema salía de ella durante el viaje para apropiarse de los objetos de valor del resto de pasajeros.

“En la mochila negra encontramos computadoras portátiles, dinero y varios objetos de valor”, dijo a la agencia AFP una fuente policial bajo condición de anonimato.

Ambos hombres, de unos 40 años, eran originarios de Rumanía y tenían antecedentes penales por robo.

El hombre que viajaba dentro de la maleta recibió una sentencia de ocho meses de prisión cuando compareció ante el tribunal, mientras que el otro recibió una condena de prisión de un año debido a su historial criminal más grave, dijo el fiscal Florent Boura.