Su fe enorme en lo que dice el presidente Donald Trump lo llevó a perder la vida. Un hombre de Phoenix, Arizona, murió por ingerir una versión no farmacéutica de la cloroquina. La víctima pensó que se trataba del medicamento mencionado por el presidente Trump. Por la misma causa, su esposa se encuentra hospitalizada.

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De acuerdo con el sistema hospitalario que atiende a la pareja mayor de 60 años, Banner Health, ellos tomaron “un aditivo comúnmente empleado en acuarios para los tanques de los peces”.

En entrevista con la cadena de televisión NBC, la mujer reveló que ella, de 61 años, y su esposo, de 68, vieron las conferencias de prensa en las que el presidente Trump habló sobre los beneficios de la cloroquina, así que decidieron ingerirla a como diera lugar, ya que temían enfermarse por el coronavirus Covid-19.

A la mujer se le hizo familiar el nombre del medicamento, se lo había dado a su pez koi cuando enfermó. La pareja mezcló la sustancia con un poco de líquido y lo bebieron.

En menos de 20 minutos se sentían enfermos. La mujer dijo sentirse “mareada y con temperatura” y posteriormente empezó a vomitar.

Mientras que su esposo presentó síntomas respiratorios. “Yo quería sujetar su mano”, dijo su esposa.

La mujer llamó al 911, apenas podía contestar las múltiples preguntas que le hacían.

En poco tiempo, ambos estaban en el hospital, sin embargo, el hombre falleció, de acuerdo con la crónica de la NBC.

De acuerdo al sitio de Medline Plus, la cloroquina es un fosfato que pertenece a una clase de medicamentos conocidos como antimaláricos y amibicidas, por lo que se emplea para combatir la malaria y la amibiasis.

Sin embargo, hasta el momento de la redacción de esta nota, no existe información conclusiva acerca de la efectividad de la cloroquina en el tratamiento de la enfermedad provocada por el coronavirus.

Mientras tanto, la viuda, que en este momento sigue hospitalizada, desconfía de la palabra de Trump. “Ay, Dios mío, no temen nada. No crean nada que el presidente y su gente digan… consulten a su médico”.

“Se siente como si mi corazón estuviera roto y nunca se recuperará. Está roto, muerto. Como mi esposo. Mi esposo tenía 68 años. Éramos sanos. Sin ningún (padecimiento) previo (diabetes o enfermedades pulmonares). Nada”.

(Foto: Tomada de Noticieros Televisa)

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