Cuando la prisa gana a la concentración, el estrés puede llevar a la desatención o al olvido de cosas e incluso de procesos rutinarios. Alguna vez, hemos caído en la molesta situación de olvidar las llaves, que desaparecen por arte de magia justo en el momento en que nos disponíamos a salir de casa. Para resolver la situación, generalmente intentamos encontrarlas en los lugares donde por lo general se encuentran, o se hace el recorrido…
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