Las fracturas por sobrecarga pueden afectar a cualquiera que haga deporte.

“Afectan por igual a los profesionales como a los aficionados. Se trata de una sobrecarga relativa”, explica a DW Español Karsten Hollander. 

Hollander es profesor de medicina deportiva en la facultad de medicina de Hamburgo y médico jefe de la Asociación Alemana de Atletismo (DLV).

Una fractura clásica se produce cuando se ejerce una fuerza repentina sobre un hueso, sea por un golpe o una patada, por ejemplo. Por otro lado, una fractura por fatiga es el resultado de un proceso gradual.

PROCESO ACUMULATIVO

“El dolor suele presentarse al principio de la carrera y empeora hasta impedir seguirla”, explica Hollande, corredor de media distancia.

“Esto es diferente de las lesiones tendinosas porque estas pueden no ser tan dolorosas después de la fase de calentamiento como lo eran al principio”.

Las principales zonas de riesgo al correr son la tibia y el pie. Si experimenta dolor tirante en esas zonas, debe consultar a un médico.

Los procedimientos de diagnóstico por imagen, como la resonancia magnética o la gammagrafía, proporcionarán entonces la certeza definitiva sobre si ha sufrido una fractura por fatiga.

La fractura por estrés puede darse, en principio, en cualquier tipo de deporte. Los huesos que corren mayor riesgo son los que están sometidos a un esfuerzo especial.

MUJERES, CON MÁS RIESGOS

Sin embargo, la mayoría de las fracturas por estrés se registran en la práctica del atletismo.

“En Alemania, el ‘running’ es una práctica deportiva muy popular, esto da lugar a un elevado número de casos”, explica Hollander, médico de la asociación DLV.

Las mujeres tienen casi el doble de probabilidades de sufrir una fractura por estrés que los hombres. y, en segundo lugar, debido a niveles hormonales.

“Los estrógenos [hormonas sexuales femeninas] son importantes para el metabolismo óseo”, explica el médico deportivo Hollander.

“El tipo de anticonceptivo también puede influir: ¿Hasta qué punto interfieren los preparados en el metabolismo?”.

Por este motivo, los ginecólogos deportivos también forman parte ahora de la red médica de la DLV.

DOBLE DE POSIBILIDADES

Según los estudios, las mujeres tienen aproximadamente el doble de probabilidades de sufrir una fractura por estrés que los hombres. Esto se debe a varias razones.

En primer lugar, las mujeres suelen tener una menor densidad ósea y, en segundo lugar, los niveles hormonales.

A todo esto, hay que agregar que los trastornos alimentarios son más frecuentes entre las deportistas y esto aumenta el riesgo de fracturas por estrés.

CALCIO NECESARIO

Para prevenir este tipo de fracturas, los deportistas deben asegurarse de que su organismo recibe un aporte suficiente de calcio y vitamina D.

El calcio estabiliza los huesos, mientras que la vitamina D garantiza una mejor absorción del calcio por el organismo y su incorporación a los huesos.

“Los vegetarianos y veganos que utilizan sustitutos de la leche deben tener cuidado. Los hay con calcio y sin calcio”, señala Hollander.

Aunque, también puede ser peligroso tomar demasiado calcio ya que puede aumentar el riesgo de cálculos renales”.

FRACTURAS FRECUENTES

Dado que las fracturas por estrés son el resultado de la sobrecarga de los huesos, Hollander recomienda una gestión adecuada del entrenamiento.

“No se debe aumentar la carga de trabajo en más de un 20% de una semana a otra. Esto se aplica a la distancia total recorrida por semana, la longitud de la carrera más larga, pero también a la intensidad y el alcance de los intervalos individuales de carrera”.

Las aplicaciones de fitness pueden ayudar a controlar el esfuerzo con ayuda del celular. Un análisis biomecánico es recomendable.

¿Y si se produce una fractura por fatiga? Entonces la máxima prioridad es proteger el hueso afectado.

A diferencia de las fracturas “clásicas”, en las fracturas por sobrecarga las partes rotas del hueso rara vez se desplazan.

Por tanto, no suele ser necesario inmovilizar el hueso con una placa.

(Fotos: Tomada de DW Español)

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