Esta semana entro el vigor la “Ley General para el Control del Tabaco”, en la que, se prohíbe fumar en patios, terrazas, balcones, parques de diversiones, área de juegos, deportivos, hoteles, playas, centros de espectáculos, canchas, estadios, arenas, plazas comerciales, mercados, hospitales, clínicas, iglesias o espacios de culto religioso, restaurantes y bares.

De esta manera, “se espera” que el consumo de tabaco “disminuya” en México… ¿Será el camino correcto?

Personalmente, siempre me he considerado una fumadora “responsable”, pues he respetado los espacios y lugares donde no se puede fumar, no fumo cuando hay niñxs cerca, no tiro mis colillas en la calle y de alguna manera me he sentido con las responsabilidad de recolectarlas y donarlas para su reciclaje.

Sin embargo, cómo fumadora siento que la solución para disminuir el consumo de tabaco no es una ley, en especial una que considero está hecha de mala manera. Te explico un poco.

Desde mi perspectiva, esta ley no sólo logrará “satanizar” y “criminalizar” el consumo de tabaco, sino que además, fomenta la ansiedad de un fumador y esta podría acabar con él.

Imagínate estar tan acostumbradx a algo y de repente ya no poder hacerlo, la abstinencia se hará presente, y puede que la ansiedad indusca a las y los fumadores a una depresión tormentosa.

Un claro ejemplo quizá fue la pandemia, todxs estabamos acostumbradxs a salir y convivir, y de repente ya no teníamos eso, como consecuencia la depresión y ansiedad se hicieron presentes en la mayoría de las personas.

Considero que más que un progreso es un retroceso social, además, no puedo evitar cuestionarme ¿Por qué volver ilegal algo legal? ¿Qué otras cosas comenzarán a volverse ilegales?

Por: Andrea Sánchez

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