La fascinación del ser humano por comunicarse con los animales se remonta a milenios atrás.

Los cuentos están repletos de criaturas parlantes, como el conejo blanco de “Alicia en el País de las Maravillas” o los corderos, lobos, asnos y leones que protagonizan las fábulas de Esopo.

En la realidad, los científicos están cada vez más cerca de descifrar cómo se comunican los animales, e incluso de hablar directamente con ellos, consigna el informativo alemán DW Español.

Desde hace años, investigadores han estado grabando a los cachalotes y trabajando para descodificar las reglas de su lenguaje, al que han denominado “ballenato”.

EL ALFABETO FONÉTICO

Utilizando técnicas de aprendizaje automático, una modalidad de inteligencia artificial, los científicos han conseguido identificar lo que han denominado como el “alfabeto fonético del cachalote”.

En un artículo publicado en Nature Communications, el equipo explica cómo emplearon el aprendizaje automático para analizar las características de las comunicaciones de los cachalotes y predecir sus próximos mensajes.

“Descubrimos que las vocalizaciones de los cachalotes varían considerablemente en estructura según el contexto conversacional, lo que indica que su sistema de comunicación es mucho más complejo de lo que se creía anteriormente”, dice Daniela Rus, experta en informática del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Daniela Rus, junto con otros colegas del MIT, colidereó esta nueva investigación en colaboración con miembros del Proyecto CETI, una organización sin fines de lucro que se propone descifrar la comunicación de los cachalotes.

LA CLAVE EN LAS CODAS

Los cachalotes suelen formar clanes sociales de aproximadamente diez individuos y se comunican bajo el agua a cientos de metros de distancia mediante secuencias muy complejas de chasquidos.

Para su estudio, Daniela Rus y su equipo recolectaron datos de ballenas pertenecientes a un clan en el Caribe Oriental, frente a las costas de Dominica.

En 2023, este país anunció la creación de la primera reserva mundial para cachalotes.

Los cachalotes fueron equipados con dispositivos de grabación que seguían sus movimientos y capturaban sus chasquidos.

Los investigadores descubrieron que estos chasquidos se organizan en al menos 150 patrones repetibles, denominados codas.

Las codas, que son las principales señales de comunicación de los cachalotes, consisten en ráfagas de chasquidos dispuestas en diversas frecuencias y escalas de tiempo, y guardan cierta similitud con los fonemas del lenguaje humano, como “ae”, “p”, “l” y “ə”.

SECUENCIA DE CHASQUIDOS

“Anteriormente se analizaban chasquidos aislados, pero en este estudio hemos examinado largas secuencias de chasquidos y los intervalos entre ellos”, explica Roee Diamant, científico marino de la Universidad de Haifa, Israel.

Diamant no formó parte de la investigación realizada por el MIT y el CETI.

Al analizar extensas cadenas de codas y su relación entre sí, los investigadores descubrieron nuevas maneras en las que los chasquidos portan información.

“Esto demuestra que los chasquidos tienen un ritmo, un tempo, diferentes longitudes en los sonidos y sonidos adicionales”, explica Diamant a DW.

“Esto significa que tienen más formas de transmitir información. Las ballenas almacenan y comunican mucha información a través de estas secuencias de chasquidos”, añade.

¿QUÉ DICEN?

A pesar de los avances, los investigadores todavía no pueden descifrar exactamente qué significan las codas de los cachalotes.

“No sabemos qué dicen las ballenas. Solo sabemos que potencialmente pueden expresar mucha más información, considerando el conjunto fijo de sonidos que son capaces de producir”, explicó Rus a DW.

Por su parte, Diamant comenta que, aunque se está progresando en la comprensión de algunas conductas de las ballenas, avanzar más allá requerirá un enfoque mucho más amplio que el mero estudio de las vocalizaciones.

“Realmente necesitamos observar qué hacen durante sus comunicaciones, y esto es lo que están abordando los nuevos proyectos de investigación”, indicó Diamant.

“Por ejemplo, hemos observado que hay un tipo específico de sonido que emiten justo antes de sumergirse. Podría ser algo así como un adiós, me voy a bucear, o algo similar”, explica Diamant.

(Fotos: Tomadas de DW Español y National Geographic)

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