En todo el mundo, el ajedrez sigue siendo un juego popular, pero en Europa del Este se trata con especial seriedad.

Por ejemplo, el Comité Olímpico Nacional de Bulgaria ha estado presionando para que el ajedrez sea reconocido como deporte olímpico, al igual que Kirsan Ilyumzhinov, presidente ruso de la Federación Mundial de Ajedrez.

En septiembre de 2011, Armenia convirtió el ajedrez en asignatura obligatoria para todos los niños mayores de seis años.

Un reciente estudio de psicología descubrió que el ajedrez se asociaba con mayores “habilidades cognitivas, capacidad de afrontamiento y resolución de problemas, e incluso desarrollo socioafectivo de los niños”.

UNA METÁFORA DE LA VIDA

Por supuesto, al tratarse de un estudio observacional, el vínculo podría deberse a algún tercer factor o a la posibilidad de que los niños inteligentes y maduros sean más propensos a jugar al ajedrez en primer lugar.

“El ajedrez entrena el pensamiento lógico. Enseña a tomar decisiones, entrena la memoria, refuerza la fuerza de voluntad, motiva a los niños a ganar y les enseña a afrontar la derrota”, dice el profesor Samuel Misyakyan de la escuela armenia Antón Chéjov de la capital, Ereván.

“Es la única asignatura escolar que puede hacer todo esto”, agrega el docente, citado por DW Español.

ENTRENA EL CEREBRO

Es una idea muy interesante. El ajedrez no solo ayuda a entrenar el cerebro, sino que también enseña a los niños habilidades básicas para la vida.

En Armenia, las escuelas enseñan a los niños la realidad: a veces se pierde. Una lección importante que debería enseñarse a una edad temprana.

A los estadounidenses les preocupa que sus hijos no estén recibiendo una educación sólida.

¿Quizás debería introducirse el ajedrez en los programas escolares como una forma divertida de enseñar lógica y memoria?

Lo que hace que el ajedrez sea tan fascinante es que no hay dos partidas iguales.

(Foto: Tomada de DW Español)

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