Tenemos a un presidente que, al igual y como muchos asuntos de política pública, cree que todo lo que se hizo el siglo pasado fue lo mejor, incluida la manera de informar a través de la prensa.

Por eso, me llama la atención que habiendo tanta información en línea, el presidente Andrés Manuel López Obrador no pueda discernir entre lo que es un periodismo de investigación y lo que es la prensa de “declaracionitis” que solo reproduce lo que él dice sin cuestionar ni cruzar los datos que ofrece en las mañaneras.

No tengo dudas de que los hermanos Flores Magón aportaron muchísimo al periodismo mexicano, fue algo tan valioso que contribuyeron a un cambio que necesitaba México.

Pero me duele cómo es tratado el verdadero periodismo mexicano de hoy en día. Las nuevas generaciones han adoptado corrientes de aprendizaje que van desde la aplicación del periodismo estadounidense y europeo hasta el que se ejerce en Colombia, Costa Rica, Perú, Venezuela, por mencionar algunos.

El periodismo de investigación moderno incluye trabajos en hojas de Excel (nada de que estudio comunicación porque no me gustan las matemáticas), solicitudes a las unidades de transparencia, entrevistas, búsquedas incansables en diferentes formatos hasta documentación en línea en otros idiomas, por mencionar algunas herramientas.

PERIODISMO DIFERENTE

Por supuesto que este periodismo nada tiene que ver con el que iniciamos esta carrera hace más de 30 años. El periodismo de investigación de hoy le pone rostro, nombres e historias a los fríos números encontrados y analizados.

Desgraciadamente, nadie está pagando por este periodismo profesional. Y generalizo porque estoy seguro que 99.9 por ciento de los lectores de noticias en México no paga por informarse, ni tampoco sabe diferenciar los datos que ofrece el presidente y los que le desmiente un buen reportero.

OBSESIÓN PRESIDENCIAL

A esto hay que agregarle la obsesión del mandatario por criticar un día sí y otro también a los medios que desmienten sus cifras alegres y al México maravilloso que pinta diario.

Y aunque diga que no ataca personalmente a los reporteros ni a los trabajadores de los medios como Reforma, por supuesto que lo hace porque a los primeros les descalifica su trabajo que implica investigación y tiempo, y a los segundos porque les hace peligrar a diario su trabajo ante los bajísimos ingresos de un medio.

¿CÓMO SOBREVIVIR?

¿Cómo puede sobrevivir este periodismo serio? Al presidente le molesta que fundaciones extranjeras financien proyectos periodísticos. ¿Entonces quién?

En México no llegan ni a cinco los empresarios que apuestan por este periodismo y los que lo hacen, como Claudio X. González, son atacados y censurados por las hordas fanáticas.

La prensa independiente mexicana está en estado de coma justo cuando este país necesita más información verídica, confiable y que desafíe al poder.

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