El Centro de Reinserción Social (Cereso) de Apodaca, Nuevo León, se convirtió en el primer centro de internamiento donde se lleva a cabo una ceremonia de consagración para un sacerdote de la religión católica.

La ceremonia se llevó a cabo en el auditorio de este penal a solicitud de la Arquidiócesis de Monterrey, y particularmente de Gabriel Everardo Zul Mejía, quien se ordenó como sacerdote y quien hace años estuvo recluido en el penal de Topo Chico, dio a conocer la agencia Notimex.

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Moisés Ramírez Martínez, subdirector de Reinserción del centro penitenciario estatal, consideró que esto viene a reforzar el trabajo del estado en la reinserción y reconstrucción del tejido social.

“Institucionalmente nos llena de mucho orgullo, es la primera vez que sucede un acontecimiento que marca una historia, la historia del catolicismo en México y aparte de la historia del sistema penitenciario en Nuevo León”, subrayó.

De esta manera, externó, el penal se convirtió en la Catedral de Monterrey hasta donde se trasladó el Arzobispo Rogelio Cabrera López para celebrar la eucaristía y ordenación del diácono.

Como referencia, Zul Mejía, quien en su adolescencia fuera pandillero, estuvo recluido en el Penal del Topo Chico acusado de lesiones. Comentó que durante su internamiento fue en donde tuvo su primer encuentro con Dios.

“Fueron seis días que me sirvieron mucho, aunque en un momento se vive confundido pensando en cómo no comprendí y entendí los consejos de papá y de mamá”, expresó en entrevista al término de su consagración, relató.

“Pero esos días -expuso-, me sirvieron para encontrarme conmigo, valorar cosas que brindaron mis padres, pero si no hubiera estado en ese momento, no hubiera encontrado la vocación en la cual Dios me ha consagrado en este día”.

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