Gracias a un programa integral de desintoxicación, las personas privadas de la libertad en Guanajuato pueden superar sus adicciones.

El Sistema Penitenciario de Guanajuato cuenta con una clínica especializada que han transformado la vida de 22 personas que completaron el programa de desintoxicación.

El director del Sistema Penitenciario del estado, Julio César Pérez Ramírez, dijo que, si bien no es nada fácil “levantar la mano para desintoxicarse”, es importante la atención de profesionales.

El directivo explicó que para estas personas es complicado abandonar la adicción, pues durante gran parte de su vida han estado consumiendo alguna droga.

“Se necesita de un tratamiento, no de contención, sino de atención con profesionales”, aseguró Pérez Ramírez.

REFUERZAN PROTOCOLOS

Conscientes de que la rehabilitación comienza desde la disciplina, la seguridad y el orden, el Sistema Penitenciario Estatal reforzó los protocolos de acceso a los centros penitenciarios con cero tolerancia a lo que no está permitido.

“Tenemos médicos que dan seguimiento a quienes deciden desintoxicarse, y una clínica muy bien equipada en la que trabajan criminólogos y psicólogos en un programa al que llamamos Residencial”, explicó Pérez Ramírez.

“En él, las personas deben estar tres meses, y aunque a la semana algunos dicen ‘yo no puedo’, otros persisten”, añadió.

¡LO LOGRARON!

Recientemente, una generación logró desintoxicarse: de 30 que comenzaron el programa 22 personas lo terminaron convencidas de que es para bien.

El director general detalló que el proceso de desintoxicación incluye una etapa de aislamiento total para proteger a quienes decidieron participar y se mantengan lejos “del bullying de personas que los inducen a que hagan cosas negativas”.

“Además, para el aislamiento no nada más está el personal calificado, tenemos un sauna que es parte del proceso y ayuda a que este funcione”, explicó.

Pérez Ramírez afirmó que el programa fue proyectado por psicólogos y criminólogos expertos que trabajan en el Sistema Penitenciario del Estado de Guanajuato.

El funcionario explicó que, una vez que termina el programa de desintoxicación, las personas reciben un seguimiento especial y son trasladadas a “un área especialmente diseñada para todas las generaciones que van a ir saliendo, para mantenerlas alejadas de situaciones y personas que los lleven a recaer”.

Y es que el impacto de este programa no se mide sólo en números, sino en testimonios, pues cuando una persona que enfrentaba una adicción cambia de verdad.

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