Es difícil comprender la línea que han seguido en los últimos días los seguidores de la llamada “cuarta transformación” (así en bajas) para defender al todavía presidente estadounidense, Donald Trump, en la contienda que perdió ante el demócrata Joe Biden.

Guiándose por los antecedentes, no hay duda de que se les dio línea y en redes sociales no se cansan de repetirla.

Así, de repente, miles de “seguidores” denuncian el “descarado fraude”, “manipulación de boletas electorales” y arremeten contra el próximo presidente estadounidense, como si realmente conocieran la carrera política del demócrata y fueran eruditos en el sistema electoral del vecino país del norte.

Más raro es que arremetan contra un proceso de elección que jamás ha sido descalificado por los propios estadounidenses incluso en el lejano año 2000 cuando ganó por un reducido margen el republicano George Bush Jr, frente al demócrata Al Gore, en un recuento de votos en el estado de Florida.

Para esta “generación de estadounidenses nacidos en México” de la 4T, Trump es el ganador, víctima de “un gran fraude”, que no pude dejar en manos de “un corrupto” como Biden a Estados Unidos.

Su preocupación por el futuro de Trump parecería el presagio de una catástrofe política en México que indudablemente golpeará a su gran líder, Andrés Manuel López Obrador.

¿DÓNDE QUEDARON SUS VOCES?

A esta “generación de estadounidenses mexicanos”, nunca les importó las ofensas del republicano contra México y los mexicanos que llegan al vecino país del norte en busca de una mejor vida.

Nunca condenaron que Trump llamara “delincuentes” y “traficantes” a los jornaleros que llegan a trabajar de sol a sol a las zonas rurales de Estados Unidos. Tampoco que se reprimiera a los migrantes centroamericanos ni que separaran a los menores de edad de sus padres después de llegar al país del norte.

Tampoco condenaron las infames y traumáticas redadas emprendidas por los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) en contra de familias de mexicanos. Redadas que se extendieron hasta lugares tan remotos como Montana, Indiana y Ohio, por mencionar algunos, durante el gobierno de Trump.

Menos aún recordarán que la administración trumpista recortó de tajo la llegada legal de mexicanos a estudiar en preparatorias o universidades estadounidenses solo por el hecho de no haber nacido en territorio norteamericano.

¿Le sigo? ¿Y qué dicen esos fans de AMLO acerca de las amenazas y miedo que soportaron los llamados “dreamers” a quienes el republicano quiso expulsar solo por el hecho de ser hijos de ilegales? ¿Y la construcción del Muro?

¿Dónde estuvieron esas voces hoy “lastimadas” por el “fraude” contra Trump cuando se cometieron estas afrentas contra los paisanos?

Para defender al candidato derrotado basta con escuchar -y leer- lo que opinan los inmigrantes desde adentro, no escribir “argumentos” fáciles y viscerales desde las redes y a distancia.

Qué penoso es leer a esas hordas de fanáticos que defienden a un misógino, a un gobernante que dijo más de 20 mil mentiras en sus cuatro años de gobierno y que en todos sus mensajes siempre puso adjetivos de desprecio a los que no pensaron como él.

Por algo se identificaron tan rápido con él en un periodo tan corto…

(Foto: Tomada de la agencia AP)

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