Pocos hechos trascendentales cambiaron tanto al periodismo estadounidense como los debates presidenciales del 2016. En esa ocasión, ante la creciente fuerza de un fanfarrón populista como Donald Trump, los principales medios fortalecieron el ejercicio de “cruce de datos”, llamado “fact checking”, en el que confirmaron cuándo los dichos de los candidatos Trump y Hillary Clinton eran ciertos o mentiras o verdades a medias.

En tiempo real, influyentes medios como The New York Times, The Washington Post y CNN recurrieron a sus unidades de investigación periodística para mostrar con datos duros qué tan ciertas eran las palabras de los aspirantes.

Por supuesto que en aquella ocasión, Trump fue el ganador de las mentiras… que fueron asimiladas por una buena parte de un público estadounidense quizá poco acostumbrado a la confirmación de dichos de sus políticos.

Dos años más tarde, durante los debates presidenciales de México se hicieron ejercicios similares, pero el puñado de medios electrónicos mexicanos que los publicó tuvo poco impacto.

El portal electrónico Animal Político, el diario Reforma y el recién creado de entonces sitio Verificado hicieron loables ejercicios en los que, también en tiempo real, mostraron qué tan cierto era lo que decían Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, los principales candidatos a la presidencia.

OMISIÓN ¿VOLUNTARIA?

Hoy, cuando tenemos a un presidente que aparece diario en las mañanas hablando de sus “logros” y de sus “avances” en medio de la peor crisis económica y sanitaria del país, estos ejercicios periodísticos simplemente brillan por su ausencia en los grandes medios.

Los medios de comunicación se han guardado la memoria y el cruce de datos. Optan por consignar los dichos del presidente y en la mayoría de los casos omiten verificarlos.

El Post, el Times, CNN e incluso medios electrónicos como Now This hacen excelentes ejercicios periodísticos a diario para desmentir lo que dice Trump y, en menor medida, el candidato presidencial demócrata Joe Biden.

El fact checking ha penetrado más en la cultura estadounidense en los cuatro últimos años y será el próximo martes 3 de noviembre cuando se mida cómo lo ha asimilado el público estadounidense.

La paradoja en México es que tenemos al presidente que más habla ante la prensa en el mundo y al que menos desmienten los medios de comunicación profesionales.

LOS 101 DICHOS NO VERDADEROS

En el último de los “Informes de Gobierno”, el pasado 1 de septiembre, el presidente pronunció 101 dichos no verdaderos, es decir dos cada minuto, según el ejercicio del investigador Luis Estrada y su portal Spin (https://bit.ly/3nLaZ0a).

Los medios de prensa profesionales (aquellos con plataformas impresas y digitales) simplemente dejaron a un lado estos datos.

“Las conferencias de prensa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), son un gran fracaso comunicativo, pero un rotundo éxito propagandístico”, dice Luis Antonio Espino en The Washington Post (https://wapo.st/34OcSAO).

Y en este éxito propagandístico los cómplices son los medios profesionales que prefieren recurrir a la vieja y nociva práctica de la “declaracionitis”.

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