“Nadie elige ir a trabajar y morir … el gobierno debe ser más responsable en cuanto a la seguridad de los trabajadores de la salud”. Los médicos privados no son mártires ni fifís para que se les excluya de la vacunación temprana.Esta declaración de inicio, que pudiera muy bien ser en respuesta al nefasto tuit publicado por un pseudoperiodista que no pasa de ser propagandista del régimen, resume el sentir de personal médico aún no vacunado y sus familias.La frase es del padre de una joven doctora estadounidense que, pese a tener historial de padecimientos respiratorios, estuvo atendiendo a pacientes con COVID-19 usando una y otra vez la única mascarilla KN-95 que tenía disponible en los primeros meses de la pandemia.Según la investigación periodística “Lost on the Frontline” (Perdidos en la línea del frente) realizada por The Guardian y KHN, en Estados Unidos han muerto 3,600 trabajadores de la salud desde que se presentó el primer caso del nuevo coronavirus en ese país.Aquí en México, hasta el 5 de abril habían fallecido 3,699 empleados sanitarios, según datos del propio gobierno mexicano. Y desde esa fecha se sospecha de la muerte de 234 miembros más del personal de salud. La cifra ubica a nuestro país como el primer lugar mundial de decesos entre trabajadores de primera línea ante el COVID-19.¿A cuántos muertos en el sector salud llegaría el número en México si se hiciera un ejercicio parecido al realizado por The Guardian y KHN, en el que reporteros escudriñaron, revisaron y corroboraron los datos de decesos de personal médico en 12 meses de pandemia? Bueno, si ni de los pacientes fallecidos por el nuevo coronavirus podemos tener aún una confirmación oficial creíble.Con la distribución y aplicación de la vacuna, los decesos de personal médico en Estados Unidos, y supongo el resto del mundo donde ya se aplica, han disminuido. En México no cabe esa esperanza.El hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador niegue al personal médico privado la vacunación temprana contra el COVID-19, es censurable y mezquino.Que nos esperen”, dijo AMLO, “ya les tocará por edad”.Nuestros médicos de cabeceraLos médicos privados son nuestros médicos de cabecera. ¿Cuántos de nosotros no hemos acudido alguna vez a un médico de farmacia para atendernos? ¿Cuántos de quienes lo han hecho no han resultado tener COVID-19?Pudiéramos dejar de lado a quienes cuentan con seguros de gastos médicos y tienen la opción de acudir a consultorios de especialistas médicos. Pero aun así, habrá quienes por una afección menor prefieren acudir con los médicos de farmacia que esperar para una cita con un médico particular y pasar por el papeleo del reembolso.Incluso los derechohabientes del IMSS y el ISSSTE prefieren la comodidad de acudir a un médico general cercano que los atienda a enfrentar la burocracia y las largas esperas en atestadas unidades médicas del servicio de salud público.Alcemos la voz por esos médicos de primera línea que están desprotegidos. No son mártires ni fifís.Compartir Navegación de entradas¡Libérate del estrés! Mejor ser Mafalda que Susanita