Un veneno invade a la sociedad mexicana y se llama indiferencia ante el creciente número de homicidios y de personas desaparecidas en todo el país.

Así lo dijo monseñor Francisco Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, en entrevista con El Financiero.

El prelado, quien es sacerdote agustino recoleto naturalizado mexicano, nacido en Valladolid, España en 1973, habló sobre la participación de los obispos en negociaciones para frenar la violencia del crimen organizado porque allí “donde no puede entrar el Estado, entra la Iglesia”.

NO ES NORMAL

“La Iglesia lo que está haciendo es despertar, que esto no nos parezca normal, no es normal que el incremento en el número de muertos, no es normal que cada vez, una vez al mes, suelo hablar con las madres buscadoras de sus hijos, pues me cuentan un caso más, y que la cifra esté en aumento y den otras cifras”, dijo.

“Hay un cierto tipo de población que existe trabajando con ellos porque no tiene otro camino, pero hay otro tipo de población afectada que está muy enojada con la sociedad, con el gobierno, incluso con la misma Iglesia, porque a lo mejor no hemos sabido responder de manera adecuada en el momento”, añadió.

CONVERSATORIOS EN MARCHA

Monseñor Acero, quien durante 13 años ejerció como vicario parroquial y párroco, acompañante y capellán en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de los Hospitales de la CDMX, explicó que la Iglesia organiza “conservatorios” con mil 600 instituciones.

El objetivo de estos conversatorios es que, si se permea la base, se puede llegar más arriba, respetando los organismos autónomos del Estado, siempre que éstos lo hagan bien.

Puso énfasis que la Iglesia no quiere que su labor en favor de la paz se politice, pues el hablar con migrantes, trabajar contra la trata de personas y el escuchar a madres buscadoras se realiza desde el evangelio.

LA IGLESIA NO VE COLORES

“Lo que no queremos es que se ideologice para un lado o para otro; la Iglesia no es de conservadores y progresistas, izquierdas o derechas, la Iglesias es de Jesucristo”, añadió.

Y agregó: “Hay un veneno en nuestra sociedad, que se llama indiferencia, y cuando esto nos parece normal, ahí tenemos que ver qué nos está pasando, cuando disfrazamos las cifras y no escuchamos la realidad”.

(Fotos: Tomadas de Aleteia y El Financiero)

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