El presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que pasar de las carcajadas de burla contra una investigación periodística a admitir que le “metieron gol” -una disculpa no declarada- en su conferencia mañanera.

El más claro ejemplo del desprecio al periodismo de investigación ocurrió una vez más en la mañanera del 4 de diciembre cuando le preguntaron al presidente acerca de la información del portal Latinus, que dirige el periodista Carlos Loret de Mola, en la que documentó de manera contundente e irrebatible cómo la prima del mandatario recibió contratos millonarios por parte de Pemex.

Fiel a su costumbre, la primera respuesta del mandatario a que la información venía de Loret de Mola fue sarcástica: “Muy objetivo. Muy profesional”, dijo, provocando las carcajadas de quienes se dicen periodistas (léase en su mayoría youtubers) y que acaparan las sillas en las mañaneras (https://bit.ly/39MHE19). De inmediato, la tendencia era “#LordMontajes” arremetiendo contra “las mentiras” de Loret.

Pasaron pocas horas para que Pemex emitiera un comunicado en el que reconoció los contratos otorgados a la empresa Litoral Laboratorios Industriales, propiedad de Felipa Guadalupe Obrador Olán, por 365 millones de pesos.

¿Por qué descalificar información verídica, obtenida vía transparencia, de periodistas que sí hacen su trabajo? ¿Por qué en unos cuántos segundos y desde su máxima tribuna tira de una patada el trabajo, esfuerzo y dedicación de los periodistas que recurren a numerosas herramientas tecnológicas para obtener datos que no son públicos?

Desde este espacio he mencionado el romanticismo del presidente hacia ese viejo periodismo que solo recoge declaraciones o publica entrevistas, salpicadas con grilla. Es un hecho que desconoce el campo tan amplio que tienen los verdaderos periodistas hoy en día para cumplir con su misión.

Seguramente no tiene idea de que los verdaderos periodistas saben manejar hojas de Excel para comparar cifras, dominan a la perfección el cómo hacer pedidos a las unidades de transparencia, ni que para ellos existen barreras con los idiomas (usan herramientas que traducen textos). Y esto sin mencionar las tradicionales herramientas como son las investigaciones de campo, las entrevistas o las crónicas que ponen historias a los números.

Hoy incluso las investigaciones de campo de los periodistas de investigación se apoyan en el uso de drones. Pero esto quizá no lo comprenda un presidente que prefiere apostar por lo obsoleto, por lo viejo, por rechazar la tecnología y que ve al “periodismo golpeador”, según sus palabras, como aquel de los años 60 o 70’s que atacaba solo cuando no le pagaban.

EL OLVIDO DE NOTIMEX

Para confirmar su desprecio a la información que no sea la suya, López Obrador ni siquiera ha hecho algún esfuerzo de mediación para solucionar la huelga en Notimex.

La agencia informativa del Estado ha estado en paro desde hace medio año sumida en grillas y a nadie parece interesarle su funcionamiento. Notimex ha sido una herramienta fundamental para transmitir posicionamientos oficialistas de los gobiernos federales y estatales con una gran penetración en los medios de los estados del país.

¿No sería congruente, por ejemplo, que Notimex nos informara de lo que hacen Secretarías como la de Economía? ¿O la de Turismo? ¿O la de Agricultura y Desarrollo Rural, por mencionar algunas?

Pero no. El presidente no quiere sombras en sus dichos. Solo sus declaraciones cuentan y son “información” -carnita, diríamos en el argot periodístico- para que las publiquen los medios electrónicos e impresos. Y los que no lo hacen de inmediato se hacen acreedores a calificativos de “prensa mercenaria” “prensa vendida y corrupta”, “afines a la mafia del poder” y un largo etcétera.

Van dos veces que Loret arroja luz a dónde no quiere asomarse López Obrador (la primera fue el video de la entrega de dinero a su hermano Pío). Y son incontables las de Reforma, El Universal, Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad y Animal Político, entre otros.

Presidente: lea bien la información antes de descalificar, aunque le incomode. El verdadero periodismo le está ayudando a mostrar la corrupción que usted mismo no quiere ver.

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