El guanajuatense Vicente Puente se recupera, junto con decenas de inmigrantes más, de la deshidratación que sufrió junto con más de 100 personas cuando viajaban en un tráiler hallado en San Antonio, Texas.La titular del Instituto Estatal de Atención al Migrante Guanajuatense y sus Familias, Susana Guerra Vallejo, reportó que Vicente Puente Valdez, originario de la comunidad de la Presa Ignacio Allende, del municipio de San Miguel de Allende, se encuentra en recuperación en el Military Medical Center de San Antonio, Texas.Guerra confirmó que tuvo comunicación directa con la esposa del paisano, Avelina Damián Mendoza, a quien se le ofreció el apoyo de Gobierno del Estado, para que pueda entablar comunicación directa con su esposo.La representante de la oficina de enlace en Texas, del Instituto de Atención al Migrante guanajuatense, se encuentra físicamente en el hospital de San Antonio, esperando la autorización por parte del Departamento de Migración de Estados Unidos y del Consulado de México para poder ingresar a entrevistarse con Vicente Puente y ofrecerle el apoyo.Cuatro días después de la tragedia, el aguascalentense Adán Lara Vega narró a la agencia AP el drama que vivió al subirse a ese tráiler.PAGÓ 5,500 DÓLARESAl joven de 27 años le prometieron que como parte de los 5,500 dólares que pagó para ser traficado a Estados Unidos estaba incluido un traslado en camión con aire acondicionado.En lugar de eso, el obrero se subió junto con sus amigos al oscuro remolque de metal de un camión que no tenía ventilación — un horno mortal que cobraría la vida de 10 personas, narró AP.“Después de una hora escuché que lloraban, que pedían agua. Y yo también sudaba. Toda la gente se desesperaba”, contó Lara a The Associated Press en entrevista desde su habitación en un hospital de San Antonio. “Después perdimos la conciencia”, agregó.Cuando la recuperó el domingo, estaba en un hospital.El mexicano le contó a la AP que todo comenzó cuando se subió a un tráiler en la ciudad fronteriza de Laredo, Texas, junto con seis amigos suyos, todos originarios del estado de Aguascalientes. Habían estado esperando dos semanas en una casa.“El hombre con el que estábamos en la casa nos dijo que nos iban a meter en una hielera, en una hielera con aire. Pero nunca lo hicieron”, dijo.Cuando se abrieron las puertas del remolque, en una calle de Laredo, ya estaba lleno de personas. Lara Vega dijo que estaba tan oscuro que no pudo ver cuántas personas estaban dentro. Unos cuantos eran niños, dijo, cuyas voces se escuchaban pidiendo agua.Expresó que los traficantes no les ofrecieron agua, y que ni él ni sus amigos llevaban consigo. El trayecto a San Antonio iba a ser de solo 150 millas.El mexicano dijo que nunca vio al conductor. Contó que cuando se trafica a la gente se les dice que no vean los rostros de los encargados y que es una buena idea obedecer.El camión fue encontrado el domingo afuera de un Walmart. Había ocho pasajeros muertos y dos más morirían poco después. Al conductor ya le presentaron cargos por las muertes.Cuando Lara despertó se encontraba en un hospital dando vueltas en la cama, sin poder levantarse. Acostado y con monitores de frecuencia cardiaca pegados al pecho, puntualizó que todavía necesita mucha agua.“Yo me caía, andaba bien débil. Necesitaba tomar mucho líquido para poderme controlar”, declaró.Lara Vega mencionó que todos sus amigos habían sobrevivido, al menos era lo que él sabía, aunque algunos habían sido hospitalizados. Algunos de ellos tienen familiares en San Antonio.Lara dijo que esperaba conseguir un empleo de constructor. Este era su segundo intento por ingresar a Estados Unidos, dijo que hace tres años lo deportaron, pero decidió volver a intentarlo porque la mala economía en el lugar donde vive con su esposa, su hija de 4 años y su hijo de 3.“Uno toma decisiones sin pensar en las consecuencias, pero pues gracias a Dios aquí estamos bien”, expresó.Compartir