Hace 25 años, José Almanza, un guanajuatense originario de Salamanca, puso su restaurante en Chicago, Illinois, en busca de mejorar su vida y la de su familia.

Hoy, su casa ubicada en esa ciudad estadounidense está llena de flores y mensajes de condolencias tras su trágica muerte ocurrida a principios de mes. Se espera que sus restos sean repatriados a la ciudad guanajuatense.

[read more=”Leer más” less=”Leer menos”]

Almanza Martínez, de 67 años y conocido como “el señor de los cacahuates”, fue atropellado el 2 de agosto cuando un sujeto lo impactó con su vehículo mientras huía de una persecución policial.

Durante tres días, Almanza permaneció en estado crítico en el hospital Monte Sinai de Chicago hasta que falleció.

María Ruíz, su hoy viuda, contó a medios estadounidenses la amarga pesadilla que vivió desde aquel día cuando su esposo salió a comprar unas botellas de agua.

“Todavía no puedo creerlo siento que estoy viviendo una pesadilla me siento en shock, no se lo deseo a nadie. Se estaba tardando mucho, y entonces me pareció raro y me asomé a la puerta de la casa y vi que estaba la policía en la esquina”, relató la mujer a la cadena Univisión.

Nunca imaginó que toda esa conmoción era porque su compañero de toda la vida había sido gravemente atropellado.

Todo sucedió frente a la mirada de Mari Luz González, una testigo, quien se encontraba en la cuadra 4000 al oeste de la 26, cuando vio que un auto invadió la banqueta mientras huía de la policía.

“Todos salimos corriendo porque pasó en la banqueta, cuenta González. Vi que la policía tenía a alguien y vi el señor ahí tirado aún estaba tirado”.

Williams Cortes, de 26 años y quien manejaba el auto que impactó a don José, fue detenido, en la escena, e instruido de varios cargos entre ellos posesión de arma de fuego y provocar accidente e intento de huir.

Don José era un comerciante muy querido en La Villita, donde pasaba los 365 días del año vendiendo dulces mexicanos, un hombre que se sacrificó por su esposa e hijos, pero que nunca volvió a México para verlos de nuevo.

La última vez que Almanza vio a sus hijos de Salamanca fue hace 20 años, cuando regresó en el año 2000 tras el fallecimiento de su padre, publicó el diario Chicago Tribune.

Fue en 1995 cuando el guanajuatense tomó la decisión de salir de Salamanca porque su negocio de venta de frutas estaba al borde de la quiebra y su familia vivía sumida en la pobreza.

Don José temía que sus hijos Sergio y Oliver José Almanza no tuvieran una buena educación y por eso fue hacia el norte, relató la viuda al diario Chicago Tribune.

“Quisimos asegurarnos que nuestros hijos fueran a la universidad, ese fue nuestro único objetivo”, contó al Tribune María Ruiz, quien se unió a su marido después de que este se estableció en un vecindario de La Villita.

En un principio, al ver que escaseaban los cacahuates garapiñados en Chicago, Don José empezó a venderlos por las calles de La Villita ganándose el corazón de los comerciantes y vecinos. Con el paso de los años, puso el restaurante y sus hijos egresaron de la universidad.

Actualmente Sergio Almanza es ingeniero en computación y maestro en Salamanca, mientras que su hermano Oliver José tiene una licenciatura técnica en administración de empresas y es comerciante al igual que su padre, según publicó Chicago Tribune.

“Dio toda su vida por nosotros. Aprendimos de él su dedicación a su profesión, al comercio, pero sobre todo nos enseñó a ser honestos”, escribió Oliver José, de 39 años.

Aunque Don José cerró su restaurante debido a la pandemia, siguió vendiendo los cacahuates en la calle, hasta que la muerte lo alcanzó.

(Foto: Tomada del diario Chicago Tribune)

[/read]

Compartir