En redes sociales circula un recordatorio que ofusca demasiado a la 4T y a sus seguidores. Se trata de un video del mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador del pasado 16 de enero cuando, en el marco de la entrada en vigor del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), dice que para el 1 de diciembre México tendrá un sistema de Salud a la altura del primer mundo.

“El 1º de diciembre de este año va a estar funcionando el sistema de salud pública con normalidad, con servicio de calidad, atención médica y medicamentos gratuitos. Va a estar funcionando, ese es el propósito, como los servicios de salud que hay en otras partes del mundo, como en Dinamarca, así aspiramos, como en Canadá, como en el Reino Unido”. (https://bit.ly/2HVMHRm).

En la realidad que vive y nos vende a diario en su conferencia mañanera, el Ejecutivo federal enfatizaba que el Insabi sería la solución de todos los problemas heredados del sistema de salud en el país, y que cambiaría de la noche a la mañana el servicio con medicinas gratuitas y cobertura universal.

Se combatiría al “neoliberalismo”, pues, con un sistema de salud eficiente, abierto para todos y con el control del Estado. Hoy, este sistema de salud que nos prometió de primer nivel está a punto de enfrentar su segunda prueba, después del reprobado manejo de la pandemia del Covid que ha dejado miles de muertos y contagios.

¿Deveras nos irá mejor con las vacunas? Como bien lo recordó el domingo pasado en su columna el académico Carlos Elizondo, la incompetencia de este gobierno es conocida desde hace varios meses en vacunas y en distribución de medicamentos.

Datos de la misma Secretaría de Salud federal indican que la vacuna de tuberculosis, por ejemplo, pasó de una cobertura del 96 por ciento en 2018 a 76 por ciento en 2019. Desde septiembre no hay dosis disponibles en el IMSS. Y hoy se sigue batallando para encontrar vacuna contra la influenza. De los medicamentos oncológicos, mejor ni mencionarlos.

(En el caso de Guanajuato, que atinadamente no se unió al Insabi, se sigue dependiendo de la distribución federal de la vacuna como de la influenza, pues así lo marca la ley).

EN OTROS PAÍSES HASTA CON DRONES

¿Cómo vamos confiar en un sistema de Salud centralizado que distribuya las vacunas? ¿Qué tal si el presidente le da una leída a lo que están haciendo las naciones del primer mundo para distribuir la vacuna contra el Covid?

Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Canadá ya han dado a conocer cómo serán sus planes de distribución de las vacunas una vez que las farmacéuticas reciban luz verde de sus entes reguladores.

Unos ejemplos. Alemania ya está ensayando la distribución de las vacunas por medio de drones (https://bit.ly/39nu4B3). Reino Unido triangulará la distribución de la vacuna con Bélgica a fin de que pueda mantener la refrigeración necesaria. Si la vacuna se traslada más de cuatro veces, puede volverse inestable e ineficaz (https://bit.ly/39v2KRA).

Estos antecedentes no son una simple referencia, sino un recordatorio de toda la planeación que implica para un país la distribución de la vacuna.

Marcelo Ebrard, sí el titular de Relaciones Exteriores, es quien ha hablado de fechas y qué farmacéutica será la vacuna que empiece a distribuir México. ¿Un canciller tendrá el conocimiento de la logística de la distribución de las vacunas? ¿Sabrá que su manejo es vital para que conserve eficacia a temperaturas extremas?

Como bien lo han recordado legisladores federales de oposición y el mismo Elizondo-Mayer, no hay una partida en el presupuesto 2021 para vacunar a los mexicanos. No quiero imaginar las aglomeraciones enfrente de una unidad de salud de cualquier parte del país con derechohabientes reclamando y agrediendo a médicos porque no alcanzaron las vacunas. Espero equivocarme. ¿Será mucho pedir que nos informen cómo?

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