El frío había dado una tregua con un cielo totalmente despejado.

Alrededor de la finca del bulevar Morelos y Antonio Madrazo de León, Guanajuato, no quedaba un cajón de estacionamiento.

Habían venido desde casi todos los municipios a ver la unción. Estaban presentes los protagonistas del partido, los diputados, los alcaldes, los líderes de los comités municipales, los que llenan autobuses con simpatizantes, los que ponen palomitas en las listas de asistencia, los que mueven las masas, los que reparten banderines y reciben los currículums.

Alfonso Ruiz Chico, secretario general del partido gobernante en Guanajuato, abría el protocolo del “Registro del precandidato a la gubernatura del PAN”, pero la cargada iba para ver a quien aparecerá en la boleta del 1 de julio de 2018 representando al partido que ha gobernado 27 años en la entidad.

En 1991, Carlos Medina Plascencia rompía con la hegemonía priista y ocupaba la oficina más importante de Paseo de la Presa. Desde entonces todo ha sido blanquiazul.

Y con su presencia, el propio síndico de León con licencia avalaría al virtual candidato.

“Sí lo veo con mucha hambre de aprender, con mucha hambre de entregar y también con la capacidad para liderar un proyecto en el cual estamos involucrados todos los guanajuatenses”, suelta segundos después de levantarle la mano al personaje del día en sociedad con Humberto Andrade y Luis Alberto Villarreal. Entre los cuatro ponían la foto de portada.

Villarreal, el ex alcalde de San Miguel de Allende, iría más allá: “Yo estoy convencido que Guanajuato jugará un papel preponderante en la elección presidencial”…

¿Cumple Diego con las características?, le inquiría la prensa:

-“De otra manera no sería el próximo candidato y yo tampoco estaría aquí”, capoteaba haciendo alarde de su gusto por el toreo.

El senador Fernando Torres Graciano no estuvo en físico, pero sí en el discurso del dirigente estatal Humberto Andrade Quezada.

“Pese a no estar aquí, ha estado inmerso en un proceso de pláticas, acompañamiento y visiones para tratar de construir un buen camino hacia el futuro”, soltaba mientras pedía un aplauso para el ausente del día.

En el salón contiguo sonaba fuerte “¡Diego, Diego, Diego!”, previo al momento en el que el registrado delineara mensajes en forma de gratitud.

“Vengo sí con mucho entusiasmo, pero también con mucha humildad, profundamente agradecido con la generosidad de todos los que hoy me acompañan”.

Y lleno de optimismo: “Quiero hacer mías las palabras de un gran panista como lo fue Carlos Castillo Peraza quien decía que el partido que fundó Manuel Gómez Morín ha sido, es y tendrá que seguir siendo el partido de la esperanza”.

Y de promesa: “Demostraremos por qué somos el estado más panista de todo el país… Desde aquí le decimos fuerte y claro a Ricardo Anaya, ¡Nuestro estado será el mayor aportante de votos para que el PAN regrese a la Presidencia de la República!”.

En el momento de la tarde, el orador hacía una pausa para agradecer a su familia, su motor, mientras su esposa Adriana se secaba las lágrimas.

La ponencia tenía un tono de unidad estudiada y de confianza en la hegemonía.

A los 18 minutos con 45 segundos llovían aplausos de los suyos, se rompía el protocolo y se brincaban las filas. Era la única oportunidad para tomarse una selfie con Diego Sinhué Rodríguez Vallejo.

(Por Sergio Contreras)

Compartir