Pocos ciudadanos del país tienen más autoridad para hablar de los daños a la salud por la contaminación de Pemex que los habitantes de Salamanca, Guanajuato.

Frecuentemente, la refinería Antonio M. Amor despide emisiones de las que casi nunca -o nunca- informa la empresa “productiva del estado”.

Los habitantes siempre se quedan -quedarán- con la duda de qué son esos olores fétidos que respiran y que frecuentemente les causa picor, náuseas e incluso vómito.

Lo que menos importa -según se deduce de Pemex- es dar explicaciones de las partículas que se emiten a los cielos de esa ciudad y municipios vecinos.

Existen numerosos casos documentados de la relación directa de fallecimientos por cáncer en Guanajuato -muchos de ellos niños- con la contaminación de la refinería (https://bit.ly/2Htd4hn). Pero eso parece importarle poco al señor presidente.

En su gira de fin de semana por el estado de Coahuila, López Obrador enfatizó que las energías limpias son un sofisma (argumento falso) y que no dará paso atrás en que la Comisión Federal de Electricidad -y Pemex- sigan utilizando carbón para generar energía (https://bit.ly/3jxBT8F).

¿De veras, señor presidente, los paneles solares, las hélices eólicas y los autos eléctricos son un “sofisma”, solo por mencionar algunos?

Desde hace muchos años se ha alertado que la refinería de Salamanca -que data de los años 50- trae más problemas que beneficios a nuestro estado, incluidos los de seguridad.

A esa planta le urgen millones de dólares en inversiones no solo para dejar de contaminar, sino para blindar toda su infraestructura, ya sin mencionar su producción.

REPARACIONES ¿PATITO?

A mediados de julio pasado, en visita al municipio guanajuatense, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo que en la refinería ya se habían concretado “10 de las 15 reparaciones mayores” que necesitaba urgentemente la planta (https://bit.ly/2HFDkEY).

¿Y luego? ¿Hemos visto algún cambio? Fiel a su estilo, nunca precisó qué tipo de “reparaciones” se están haciendo o cuál sería el resultado final de esos arreglos.

¿Será capaz la funcionaria federal de contradecir a su jefe máximo e introducir energías limpias con estas “reparaciones” en la refinería?

Como es innecesario escribir la respuesta, basta con mencionar que el gobierno de Guanajuato presentó una Controversia Constitucional contra el Gobierno Federal contra su “Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional”, publicada el 15 de mayo del 2020, por omitir el uso de energías limpias renovables. (https://bit.ly/37JQ48w).

Qué bueno sería que el presidente se diera una vuelta más a Salamanca y luego fuera al parque eólico de Santiago, ubicado en el municipio de San Felipe, a fin que se hiciera un comparativo de lo que se respira en la cercanía de una refinería y en lo que se genera con las 50 hélices eólicas que generan 105 megawatts para Guanajuato invertidas por el gigante español Iberdrola.

Pero como al presidente se le hacen de pésimo gusto los molinos de viento porque afean el paisaje (https://bit.ly/3ovFzLZ) prefiere mejor amenazar con una iniciativa que enviaría al Congreso para que se regrese a la ley que había en los tiempos de Venustiano Carranza, Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos.

Vamos requetebién.

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