¿Qué tiene que ocurrir para que el presidente o su equipo de trabajo volteen a ver lo que ocurre en el municipio de Salamanca por la alta contaminación de la Central Termoeléctrica? ¿Un repunte alarmante de males respiratorios entre la población adulta e infantil? ¿Aparición de casos de cáncer? ¿Protestas?

Por muy duro que parezca, sería muy ingenuo pensar que la orden federal de quemar más combustóleo desde la Termoeléctrica no causará daños en la población. Este energético altamente contaminante está rondando sobre los cielos de Salamanca y sus alrededores -incluidos Irapuato y Celaya- sin que ninguna autoridad federal informe con transparencia sobre el contenido de las emisiones.

Aceptemos, primero, que el gas es necesario para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) satisfaga la demanda de energía de nuestro país. Y qué bueno que nos haya anunciado que quedó superado el problema. El fondo es el camino que se está siguiendo y que no se tengan otras alternativas excepto la de recurrir de nuevo al uso de combustibles fósiles.

Antes de que estallara la crisis del suministro de gas, el diario Reforma ya había reportado cómo la refinería de Salamanca está saturada de combustóleo debido a que este residuo de la refinación del petróleo crudo pesado no se está vendiendo como lo esperaban el presidente Andrés Manuel López Obrador y su secretaria de Energía, Rocío Nahle.

Se suponía que el combustóleo sería trasladado por ferrocarril a los diferentes puertos del país y desde ahí se exportaría a varios países con lo que México tendría ingresos extra.

Pero este combustible altamente sucio y perjudicial para la salud no tiene mercado, pues la mayoría de los países conoce perfectamente que ni es rentable ni ayuda a mejorar el medio ambiente. (La organización Greenpeace recordó el año pasado cuáles son los daños que causa a la salud.

NULA INFORMACIÓN

Es obvio que los ciudadanos de Salamanca y sus alrededores tienen el derecho de estar informados sobre lo que están respirando a diario y de los potenciales daños para su salud. Ni la Secretaría de Energía federal ni la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se han tomado la molestia de dar a conocer qué se está emitiendo al ambiente, según lo denunció la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (SMAOT) de Guanajuato (https://bit.ly/3dDlTmq).

Peor aún, las autoridades federales se han negado incluso a sostener una reunión virtual con autoridades locales de medio ambiente para coordinar -al menos- acciones de información y prevención a la población. ¿Qué más se puede agregar a esta omisión y afrenta a los habitantes de esta zona de Guanajuato? La SMAOT ha decretado contingencias ambientales tres días seguidos partiendo de la medición de contaminantes desde sus estaciones de Salamanca e Irapuato.

Como ha quedado demostrado con el manejo de la pandemia del Covid-19, al Gobierno Federal parece importarle muy poco la salud de los habitantes, en este caso del corredor industrial de Guanajuato, con nula información y acciones. La postura es clara: primero se cumple la orden presidencial y después se atenderá lo que le ocurra a la salud de los habitantes.

Hace casi cuatro meses, hice una invitación al presidente (https://bit.ly/2NNsVdp), y la repito de nuevo ¿por qué no viene a vivir a Salamanca, digamos una semana?

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