Mujeres de todas las edades en México y, para el caso, en todo el mundo están siendo asesinadas por sus parejas violentas, por desconocidos depravados, por familiares perversos.Las mujeres que aún vivimos nos hemos cansado de las agresiones físicas y verbales disfrazadas de caricias o piropos, así como de la falta de oportunidades educativas y laborales y de las desigualdades salariales.Las mujeres salimos a las calles (incluso en pandemia) para denunciar feminicidios, acosos, agresiones y violaciones, demandar justicia y reclamar nuestros derechos y equidad.Y los reclamos se escuchan en las marchas, se leen en las redes sociales, se cantan a todo pulmón.Dos canciones, en particular, le han dado gran repercusión a nuestra voz. Una, “Un violador en tu camino”, inspiración del colectivo chileno Lastesis, se cantó y bailó hace un año en las plazas de las ciudades, las escuelas y las calles de todo el mundo.Este año, en redes sociales circuló un nuevo himno, “Canción sin miedo”, en el que la cantautora Vivir Quintana denuncia que “A cada minuto, de cada semana, / Nos roban amigas, nos matan hermanas / Destrozan sus cuerpos, los desaparecen”, y demanda: “No olvide sus nombres, por favor, señor presidente”.Esos nombres que, este 8 de marzo, cubrieron las vallas de acero colocadas alrededor de Palacio Nacional, como si fueran un pizarrón en vez de una barrera para impedir el diálogo.Un diálogo que el “señor presidente” no quiere entablar con los cientos de miles de mujeres que nos sentimos agraviadas por los feminicidios.Un residente de Palacio Nacional que dice que antes no se veían estas manifestaciones, como si nuestras antecesoras no hubieran marchado cientos de veces desde los años 70, o mucho antes.Un “señor presidente” que dice que somos títeres de los “conservadores”, como si el más conservador de todos los hombres en este país no fuera él mismo.Un gobernante que dice que no entiende eso de “romper el pacto patriarcal” a propósito de su empeño de llevar a la gubernatura de uno de los estados más empobrecidos y violentos a un hombre sobre el que pesan varias denuncias públicas de violación.El patriarcado está bien representado por un presidente que, sí, incluyó a varias mujeres en su Gabinete, pero para que fueran sumisas y obedientes, simples floreros; para simular una diversidad de género, pero que no tienen voz y menos voto.Para él, nosotras debemos estar en el hogar cuidando hijos o padres enfermos, tenemos que ser modositas y quedarnos calladitas. Pero ya no nos van a callar.“Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”, como cantamos ahora sin miedo.Canción sin miedoVivir QuintanaQue tiemble el Estado, los cielos, las calles Que tiemblen los jueces y los judiciales Hoy a las mujeres nos quitan la calma Nos sembraron miedo, nos crecieron alasA cada minuto, de cada semana Nos roban amigas, nos matan hermanas Destrozan sus cuerpos, los desaparecen No olvide sus nombres, por favor, señor presidentePor todas las compas marchando en Reforma Por todas las morras peleando en Sonora Por las comandantas luchando por Chiapas Por todas las madres buscando en TijuanaCantamos sin miedo, pedimos justicia Gritamos por cada desaparecida Que resuene fuerte “¡nos queremos vivas!” Que caiga con fuerza el feminicidaYo todo lo incendio, yo todo lo rompo Si un día algún fulano te apaga los ojos Ya nada me calla, ya todo me sobra Si tocan a una, respondemos todasSoy Claudia, soy Esther y soy Teresa Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria Soy la niña que subiste por la fuerza Soy la madre que ahora llora por sus muertas Y soy esta que te hará pagar las cuentas¡Justicia, justicia, justicia!Por todas las compas marchando en Reforma Por todas las morras peleando en Sonora Por las comandantas luchando por Chiapas Por todas las madres buscando en TijuanaCantamos sin miedo, pedimos justicia Gritamos por cada desaparecida Que resuene fuerte “¡nos queremos vivas!” Que caiga con fuerza el feminicidaQue caiga con fuerza el feminicida Y retiemblen sus centros la tierra Al sororo rugir del amor Y retiemblen sus centros la tierra Al sororo rugir del amorCompartir Navegación de entradasLa eterna lucha feminista ¡Libérate del estrés!