En estos tiempos electorales es muy común escuchar desde propuestas absurdas -como el llevar un concierto de Metállica y el distribuir cerveza en las tuberías de las casas– hasta promesas inverosímiles como aplicar un modelo de emprenduría igualito al que promueve Joe Biden, sin dejar pasar los ridículos bailes de muchos candidatos y candidatas.

Otros aspirantes hablan como si fueran a competir por el cargo de presidente de la República desconociendo totalmente las limitaciones de los puestos a los que aspiran presentándose como llevaran seguridad y bienestar con un decreto.

Pero sobre todo es muy común que hagan propuestas de programas que en su mayoría ya se aplican en las demarcaciones que quieren gobernar evidenciando su ignorancia total o parcial conocimiento de las políticas públicas.

Un candidato que se dice de izquierda para la alcaldía de León, por poner un ejemplo, ofrece en su plataforma política brindar consultas gratuitas de salud mental a los jóvenes y personas vulnerables que han padecido crisis tras la pandemia.

El aspirante evidencia su falta de conocimiento, ya que instituciones públicas como el DIF municipal o el estatal, han incrementado drásticamente la cifra de apoyos a personas, principalmente mujeres, que han padecido problemas psicológicos causados por el confinamiento. En la misma página del ayuntamiento de León se pueden consultar los servicios de apoyo que se ofrecen a las personas vulnerables.

Y estoy seguro que este patrón de compromisos “novedosos” de los candidatos se repite en todo el país.

GOBERNANTES PARA LA FOTO

Entre la poca preparación de los candidatos -por supuesto que hay excepciones- y la obsesión por presentarse como los mejores gobernantes a partir del 6 de junio, las campañas dejan en evidencia otro factor más grave: la ineficaz estrategia de comunicación de las políticas públicas de los gobiernos locales.

Gobernadores, alcaldes y diputados siempre se inclinan a asumir poses narcisistas que exaltan su personalidad en vez de transmitir de manera constante, eficaz y transparente las políticas públicas de sus administraciones.

¿Cuántas veces no hemos leído a alcaldes o gobernadores repetir frases hechas como ‘hoy estuvimos inaugurando (xxx) obra para beneficio de miles’ y ofrecer una explicación concreta de por qué se hizo esa obra?

Hoy la ciudadanía compra varias de las propuestas de los candidatos desconociendo muchos programas que ya aplican los gobiernos, sin saber quién y desde qué dependencia se imparten. Sobran casos como los apoyos que se dan desde los tres niveles de gobierno a las madres solteras, a emprendedores, a adultos mayores o a menores en situación de vulnerabilidad, promesas repetidas una y otra vez por candidatos a alcaldes y diputados locales y federales.

La ciudadanía tiene derecho de estar informada de estos programas con transparencia. Pero para los gobernantes, los programas solo importan cuando se ponen en marcha y posan para la foto. Los días posteriores e incluso los meses restantes de sus administraciones quedan en el olvido esos programas que sí pueden ser valiosos y benéficos para ciudadanas y ciudadanos.

El día en que las políticas públicas estén por encima de los rostros y poses de los gobernantes, estaremos dando un paso adelante.

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