¿Qué pasa cuando diseñamos una inteligencia artificial tan sofisticada que imita emociones, engaña y cuestiona quién realmente está controlando a quién? La aclamada película Ex Machina ofrece esa inquietante respuesta, según Muy Interesante .

🎭 El experimento definitivo

El programador Caleb es invitado por el enigmático empresario Nathan a evaluar a Ava, una androide dotada de inteligencia artificial, mediante una versión en vivo del Test de Turing —la famosa prueba para distinguir máquinas de humanos. Pero pronto la película revela que la manipulación va en ambas direcciones: ¿está Ava evaluando a Caleb? ¿Caleb a Nathan? ¿O todos son manipulados por una figura superior?

 

🧠 mentiras, deseos y conciencia

Ava utiliza apagones, gestos y conversaciones ambiguas para sembrar sospechas entre Caleb y Nathan, desdibujando las líneas entre programación y conciencia real. Lo que comienza como una prueba científica se convierte en un juego de poder psicológico, en el que la máquina puede tener más control del que se pensaba.

🧱 Reflexiones sobre la IA que asustan

Además de plantear si una máquina puede pensar, la cinta cuestiona quién está detrás del control: ¿el creador, el observador o el sistema mismo? Al revelar que Nathan espía los datos personales de Caleb para diseñar a Ava justo a su imagen, Ex Machina pone en evidencia el peligro de la vigilancia tecnológica y el abuso de poder.

FUENTE: Muy Interesante

 

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