Columna Andrea Gómez

Uno de los recordatorios de forma constante que nos ha dejado la actual pandemia por Covid-19, es que el “vivir en el mañana”, es el autoengaño por excelencia,  nos hace creer  de forma incrédula que el siguiente día, mes, y año lo tenemos asegurado… Cuando siquiera podemos saber con certeza lo que ocurrirá  en las próximas horas, dejando al descubierto que nunca hemos sido los dueños del tiempo, un recordatorio de lo efímero que es la vida.

¿Cuántas cosas no hemos pospuesto?

Te invito a hacer un recorrido de todas aquellas situaciones, aprendizajes, personas y la infinidad de cosas que no alcanzan una cita en tu agenda, tales como una simple comida con amigos, una visita a un familiar, hasta aspectos más personales como alguna inquietud, el hecho de aprender algo nuevo, o el simple sueño que dejamos ir a diario por la falta de tiempo, dinero, práctica… (inserte su excusa de preferencia)

Y es que en el proceso de crecer se nos acostumbra a “sacrificar” para ser exitosos en la vida, pero no se nos enseña a disfrutar el proceso, sin importar en la etapa de vida en la que uno se encuentre, vivimos enfocados a lo ”seguro” a lo que “da resultados”, y nos aterra que algo cambie dentro de la fórmula, por ello suponemos que habrá tiempo en el futuro.

“Lo único seguro en esta vida es la muerte”

Infinidad de ocasiones esta frase la escuchamos, y aunque muchas serán las relaciones a ella, es una realidad, pues desconocemos la fecha, lugar y hora de nuestra muerte, solo sabemos que pasará y ya. 

Entonces en este proceso, estamos en una constante búsqueda dentro del camino incierto de los cambios de nuestras inquietudes, aprendizajes, experiencias, pensamientos, y anhelos. 

Los profesionales de psicología repiten de forma constante “vive en el presente, deja de vivir en el pasado”,  “exceso de futuro ansiedad y exceso de pasado depresión”, y es algo que de forma inmediata nos aterriza a la realidad, por el problema que arrastramos de forma constante… Queremos seguir aferrándonos al mañana.

Para finalizar mi serie de divagaciones, me atrevo a hacer una irreverente pregunta al lector o lectora que esta noche tomó un poco de su tiempo… Si esta noche mueres, ¿estarías satisfecho con tu vida o te gustaría agregar algo que no hiciste?

Lo sé, una pregunta que deja un foro abierto a una serie de afirmaciones o negaciones de diversas respuestas…

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